El clásico norteamericano sobre la infancia y juventud de una hija de
inmigrantes en el Brooklyn (NY) de la década de 1920. Corren los años veinte
del siglo pasado. Al abrir el libro, descubrimos a la pequeña Francie
sentada en la escalera antiincendios de su casa, leyendo, a la sombra de
un árbol.
Algunos llaman a este árbol, el árbol del Cielo. Caiga donde caiga su semilla, de ella surge un árbol que lucha por crecer. Crece en solares delimitados por tablas, en el cemento; sobrevive sin sol, sin agua, hasta en apariencia, sin tierra.
Poco a poco, la mirada se aleja
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