Dos pioneras unidas por la amistad, henchidas de sueños amables apenas esbozados. Un retrato de la colonización
de Nueva Zelanda, de la convivencia y del conflicto entre culturas, de
amor y desamor, de sueños marchitos y espíritu de supervivencia.
Si bien es cierto que le gusta dar clases, Helen Davenport ya no es una jovencita, y tanto tiempo cuidando de los niños de otros y costeando los estudios de sus hermanos ha comenzado a despertar en ella cierto desasosiego. No es de extrañar que aquel anuncio reclame su atención.
El aviso se dirige a toda mujer casadera dispuesta a partir de Inglaterra rumbo a Nueva Zelanda para convertirse en esposa de un granjero, uno de los muchos colonos solteros que en su día llegaron a tan lejana isla en busca de fortuna. La letra del anunciante es precisa, de caligrafía impecable, y el contenido de su carta trasluce ternura y unos modales refinados.
Lady Gwyneira Silkham pasa mucho más tiempo en los establos y a lomos de su adorada yegua Ingraine que dedicada a las labores propias de una dama. Demasiado indómita para permanecer sujeta a la rígida vida del Gales victoriano, Gwyn es como un fogoso pura sangre uncido a un monótono carruaje por la fuerza.
Ni siquiera se siente molesta cuando descubre Gerald Warden, el barón de la lana neozelandés, ha obtenido su mano en una partida de blackjack con el señor Silkham. Claro que Gwyn no va a casarse con Gerald, sino con su hijo Lucas: estará al frente de una explotación ganadera, como siempre ha deseado, y viajará hasta un lugar remoto en el que casi todo está por hacer.
Ambas, Gwyneira y Helen, se embarcarán a bordo del Dublin para cruzar el mundo en busca de un destino que presenta tan prometedor como incierto.
Autor: Sarah Lark
Editorial: Círculo de Lectores
ISBN: 978.846.725.226.2
Mi valoración: 3 lápices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario